2024: Más allá de la elección

Por Melina Machado 

  • Reseña de Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela, La disputa por México: Dos proyectos frente a frente para 2024, HarperCollins México, Ciudad de México, 2022, 255 pp. 

El panorama político en México durante los últimos años ha sido agitado. Desde el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia ha sido constante la referencia a la polarización. Este fenómeno lo sintetizan muy bien Álvaro Delgado Gómez y Alejandro Páez Varela en su nuevo libro La disputa por México: Dos proyectos frente a frente para 2024, en el que los periodistas ponen a hablar a algunas de las figuras políticas de mayor relieve en la actualidad, que además resulta interesante porque permite conocer la manera en que cada una define y defiende el proyecto que enarbola. 

El libro está dividido —como divididas las opiniones en la conversación pública— en dos secciones, cada una de ellas compuesta por una serie de entrevistas a quienes hoy representan dos proyectos antagónicos de nación, los cuales se encuentran ante una competencia hacia el momento electoral de 2024. A través de las páginas los autores plasman las ideas y visiones de estos actores políticos. A continuación, me centro en algunos de los temas que más han llamado mi atención. 

Para empezar, Páez Varela realiza un recorrido histórico de la situación de ambas fuerzas y cómo es que éstas fueron consolidándose o sobreviviendo —en el caso de la izquierda— a lo largo del tiempo en el México contemporáneo. Con ello se observa el carácter histórico de esta lucha que hoy nos ocupa como nuevas generaciones ciudadanas y que llama a pensar a futuro sobre las implicaciones de uno y otro proyecto. Uno de los cuales, empero, ha tenido más dificultades para articularse. Para Delgado Gómez y Páez Varela la explicación a este fenómeno es evidente: durante mucho tiempo la derecha fue apropiándose de otros sectores —como el educativo— e instituciones políticas clave, por lo que se marginó a la izquierda de la escena nacional. 

Luego de todo un historial de represión y proscripción, la izquierda logró en 2018 lo que parecía una hazaña poco probable: el reconocimiento de su triunfo electoral. De ese modo, quienes ahora conforman el gobierno y que además son las figuras presidenciables dentro del movimiento —Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Rocío Nahle, Tatiana Clouthier y Ricardo Monreal— defienden y explican algunas de las acciones principales de la actual administración siguiendo una clara línea ideológica.   

Así, retoman al presidente en muchos de los elementos centrales del proyecto: acabar con la corrupción y el privilegio, además de combatir la pobreza y la desigualdad, elementos todos que achacan al neoliberalismo y frente al cual plantean un nuevo paradigma: un Estado capaz de garantizar derechos sociales, que tenga presencia en la sociedad sin dejar de lado la importancia del desarrollo económico, así como las inversiones nacionales y extranjeras.  

Además, los entrevistados poseen una visión a largo plazo que va más allá de lo electoral, pues describen a ésta como una transformación de las relaciones sociales y de poder en el Estado. En ese sentido, la disputa se vuelve simbólica e implica las propias estructuras mentales colectivas. Así, por ejemplo, Marcelo Ebrard sostiene que “lo que representa el presidente es un cambio mayor en la forma en que la sociedad mexicana piensa que debe organizarse el poder” (p. 73).  

Por otro lado, se discuten los retos que ha enfrentado el gobierno, tales como la desestabilización que supuso la pandemia de Covid-19 o el hecho de tener que desmantelar a las camarillas que representaban intereses privados, las cuales incluso se hallaban incrustadas en los edificios públicos y con un entramado jurídico que las beneficiaba. De ese modo, en el balance de los hechos algunos personajes incluyen un ejercicio autocrítico sobre aspectos aún no resueltos; en ese sentido, destaca la Reforma Eléctrica, que en diciembre de 2021 representaba para la izquierda “el campo de batalla en esta disputa por la nación” (p. 95) —y que, ante el actual desarrollo de los hechos, constituye a todas luces una derrota política importante—. 

En la última entrevista del primer apartado habla Cuauhtémoc Cárdenas, un referente de la izquierda que, no obstante, realiza un juicio muy duro contra el gobierno que encabeza López Obrador, dado que no advierte “un proyecto general que esté instrumentándose conscientemente para echar abajo y modificar las condiciones que impone el neoliberalismo” (p. 147), ni observa cambios sustantivos en ningún rubro, desde la educación hasta la economía. Respecto a la oposición, tampoco distingue un proyecto, pues para él, “esa coalición está contra lo que haga el presidente de la República y no tiene ninguna otra propuesta” (p. 136).  

La segunda sección del libro retrata a través de sus protagonistas —Gustavo de Hoyos, Marko Cortés, Jesús Zambrano, Santiago Creel y María Eugenia Campos— al proyecto opositor, definido por los periodistas como patronal y conservador en tanto fueron dos hombres de negocios: de Hoyos y Claudio X. González, los impulsores de Va por México, que hoy agrupa al PAN, PRI y PRD a pesar de las diferencias y contradicciones, incluso históricas, entre cada partido. A lo largo de las entrevistas los personajes dan cuenta de cómo se fue trazando dicha alianza, cuyo objetivo es recuperar el poder en 2024 mediante un gobierno de coalición, razón por la cual se busca integrar también al partido Movimiento Ciudadano.  

Si bien para la oposición es imprescindible “tener una candidatura presidencial de unidad, debidamente legitimada y oportunamente decidida” (p. 173) para competir en las elecciones, igualmente reflexiona sobre su visión de país a futuro, la cual se funda en el modelo neoliberal, elemento clave para entender las diferencias ideológicas entre ambos proyectos. En esencia, el segundo bloque de entrevistados reivindica el valor del individuo y la meritocracia —esto es, que cada persona salga adelante por su propio esfuerzo—; asimismo, postula la superioridad del sector privado y del libre mercado para la construcción de un México próspero y de oportunidades.   

Aunque los integrantes de Va por México reconocen que en el pasado se cometieron errores y que hubo problemas en sus gobiernos, como el de la corrupción, rechazan que el actual haya generado acciones exitosas para revertir la crítica situación nacional; por el contrario, aseguran que el panorama se ha agravado y acusan no sólo de autoritarismo y polarización, sino también la destrucción del país, hechos todos que les son útiles para justificar su alianza. Respecto a ésta, quienes la conforman niegan que represente la agenda patronal, aunque los entrevistadores cuestionan la credibilidad de lo anterior “si quienes son el principal soporte de la coalición va por México son esos grandes intereses” (p. 224). 

En suma, la lectura de este libro es interesante ya que permite observar de qué modo cada uno de los dos bloques construye a su adversario y cómo representa su relación con éste, que para algunos de los actores políticos es menos antagónica que para otros, como lo refleja María Eugenia Campos, para quien lo importante es “encontrar un punto de convergencia en esta sociedad, hoy en día tan polarizada entre liberales y conservadores, fifís y chairos” (p. 242). 

En suma, se trata de un libro muy pertinente para la situación política actual. El formato lo vuelve una lectura amena que invita a la reflexión, ya sea que se esté de acuerdo con alguna de las dos visiones de país o no se simpatice con ninguno de los personajes que ahí aparecen. Es evidente que estamos ante un momento de definiciones y, sin embargo, debemos aspirar a que la disputa no se quede en el ruido mediático o los ataques partidistas, pues de lo contrario se cierne sobre los mexicanos la amenaza de seguir ante la incertidumbre de cómo resolver los históricos problemas nacionales.  

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