Algunas ideas para caminar juntos y juntas

Por Frida Barbosa

En los últimos años, hemos visto el uso del término «separatista» para hablar de aquellas marchas, asambleas o eventos que no son mixtos, es decir, que no incluyen a hombres y que buscan crear un espacio seguro para con las mujeres o víctimas. Dicho de esta forma, suena prudente e incluso necesario que en un país como México se haga uso de los espacios exclusivos para mujeres.

No obstante, este concepto/práctica ha sido utilizado por algunas compañeras para no vincularse de ninguna forma con varones, sus instituciones, roles o actividades. Desde luego, tienen sus razones y fundamentos, las cuales no pretendo aclarar aquí; lo que quiero aportar es una reflexión al cause que el movimiento feminista ha tomado.

Considero que hay una confusión conceptual que nos lleva en consecuencia a politizar incorrectamente, porque hay que subrayar que el feminismo es un movimiento político que debe tener cabida en las instituciones para buscar el mayor beneficio no sólo de las mujeres, sino para la ciudadanía en general. Además es importante reconocer que todos y todas hemos sido víctimas de sistemas estructurales como el racismo y el clasismo.

Foto: Miguel Bruna, a través de Unsplash

Por otro lado, varias de nosotras nos hemos atrevido a decir que los hombres deben guardar silencio y casi que deben permanecer inmóviles, porque este es nuestro momento y somos nosotras a quienes nos toca hablar.

La verdad es que casi todas empezamos a informarnos y participar en el feminismo porque fuimos víctimas de algún tipo de violencia machista, sin embargo, al paso de los años, al recorrer de la militancia y el aprendizaje, una descubre que de nada nos ha funcionado excluir a nuestros compañeros de nuestras luchas, porque la carga vuelve a recaer en nosotras.

Y les nombro “compañeros” porque pertenecemos a una misma clase social o tenemos orígenes étnicos similares que deben articular movimientos en unión, porque nuestra opresión no ha sido sólo el patriarcado (y  no  porque sea menor), sino todas aquellas personas, instituciones, empresarios y políticos que están por encima de nosotros y nosotras, que son mujeres y hombres por igual, que cierran espacios, trabajos, academias y hasta relaciones, porque no tiene sentido escuchar a personas que están debajo de ellos.

Reconozco la utilidad de los espacios no mixtos, porque generan un ambiente seguro con nuestras amigas, con las víctimas y al momento de socializar violencias que hemos experimentado; pero no puede ser ese el eje de un movimiento que busca igualdad, ninguna lucha puede ser articulada y llevada al éxito si no tiene autocrítica. No podemos seguir situando al género como nuestro enemigo y pretender lograr cambios trascendentales de esta forma.

Algunas dicen que es broma eso de que los hombres son sus enemigos, pero la verdad es que a la fecha he conocido a pocas dispuestas a militar con ellos, a instruirse juntos, o siquiera entablar una conversación si tienen una duda imprudente, porque la verdad es que los los varones no se han visto en la necesidad de aprender sobre movimientos de mujeres o de emancipación, y nosotras no hemos sabido cómo ampliar el discurso y proponer también espacios donde puedan participar.

Sirva esto como una opinión para ampliar el movimiento: no pasa nada si conversamos con hombres sobre las violencias que ejercen: es importante el intercambio de ideas, el diálogo y la búsqueda conjunta de soluciones. Habrá quienes quieran escuchar, habrá quienes no, mientras tanto, sabremos que estamos sembrando una semilla para que también podamos articularos con ellos, y de esta forma, exigir un país más justo a nuestras instituciones. A ellos también les benefician nuestras luchas, los sistemas de cuidados, las licencias de paternidad y medidas alternas de reparación, aunque algunos aún no lo sepan.

Tenemos que partir de la realidad en la que vivimos y elaborar propuestas y soluciones acorde a ella. Excluir a una parte de la sociedad nos desvía de la igualdad, hay que conceptualizar y politizar correctamente este movimiento, porque solo así podremos incidir y estar listas cuando las autoridades se abran al diálogo. La lucha social, poner el cuerpo y acompañar a las mujeres víctimas es importante, como también lo es instruirnos, compartir y dialogar con nuestros comunes.

Foto: Santiago Sito, a través de Flickr.

Frida Barbosa (@fridabarrbosa) es abogada feminista.

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