“No hay alternativa” (al neoliberalismo)
Margaret Thatcher, 1980
«No existe otra manera de decirlo: el país está quebrado, devastado, destruido, arrasado. Y es bueno que el país lo sepa con crudeza: de esta tragedia nacional no vamos a poder salir sin realizar un esfuerzo. Un esfuerzo que será equitativo, pero que abarcará a todos y cada uno de los sectores sociales, sería un hipócrita si lo negara. Esta economía de emergencia va a vivir una primera instancia de ajuste. De ajuste duro. De ajuste costoso. De ajuste severo…».
Discurso de asunción de Carlos Menem como presidente de Argentina, 8 de julio de 1989
Entre las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX tuvo lugar la implementación del neoliberalismo en la mayoría de países de América Latina y el mundo, teniendo su primer escenario de aplicación en el Chile post-allendista. Los preceptos del neoliberalismo fueron establecidos por los miembros de la Sociedad Mont Pèlerin entre los años cuarenta y cincuenta, (1) y fueron el resultado de una reacción de la clase burguesa mundial al predominio de formas capitalistas socialmente condescendientes (el capitalismo de tipo keynesiano) y de una contraofensiva de esta clase social a las conquistas populares logradas en el marco del Estado de Bienestar.
Los presupuestos de este modelo económico, que, como su nombre lo indica, tiene una línea de continuidad teórico-ideológica con el liberalismo económico del siglo XIX, se refieren a la minimización de la intervención del Estado en los procesos económicos, a la creencia en el libre mercado como mecanismo de autorregulación económica, así como a la defensa a ultranza de la libertad económica, condensándose en una serie de políticas en materia de privatización de bienes y servicios públicos, liberalización comercial y financiera, desregulación, recorte del gasto público, así como consecución a fortiori de diversos índices de equilibrio macroeconómico.
Ahora bien, el neoliberalismo no es simplemente una ideología de defensa a ultranza del libre mercado o una aplicación sin más de determinadas políticas económicas, sino que, como ha analizado críticamente David Harvey, se trata ante todo de un proyecto de clase, fraguado subrepticiamente en la época en la que el capitalismo de base keynesiana comenzó a hacer agua en el mundo y en la que este sistema económico enfrentaba sus recurrentes crisis de sobreacumulación; surgiendo así un renovado proyecto histórico de dominación de la clase burguesa que habría de imponerse gradualmente en la mayoría de países del mundo, gracias a un consenso generalizado entre las élites gobernantes sobre la idoneidad de este modelo económico para dinamizar los procesos de acumulación capitalista. (2)
A la implementación del neoliberalismo en el Chile de Augusto Pinochet seguiría la experimentación con este modelo económico en la Argentina de la Dictadura, para seguir posteriormente su aplicación en los países centrales (el Estados Unidos de Ronald Reagan y la Gran Bretaña de Margaret Thatcher), expandiéndose después al resto de países del orbe e incorporándose gradualmente a este proceso de cambio económico los países exsocialistas europeos, los países asiáticos, africanos, latinoamericanos, etcétera; así como el grueso de
países centrales, en lo que constituyó un largo periodo de hegemonía neoliberal que se prolongaría por varias décadas a nivel mundial.
Crisis neoliberal
El predominio de este modelo económico comenzó a resquebrajarse furtivamente y a hacerse patente su crisis en los propios centros del sistema capitalista, en episodios tales como la votación del pueblo británico respecto a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (el llamado Brexit), que puso de manifiesto el hartazgo de los ciudadanos de ese país hacia las directrices económicas impuestas a nivel regional y respecto a los resultados poco favorables de éstas para la población. Otro episodio de repudio social contra el neoliberalismo se dio en EE.UU., donde en 2016 fue electo presidente un empresario de ultraderecha, ajeno hasta entonces a las dinámicas del establishment político estadounidense, Donald Trump, quien se haría de la presidencia enarbolando un discurso de corte populista en el que criticaba los saldos sociales de la inserción de EEUU en la globalización neoliberal.
El neoliberalismo continuaría siendo impugnado con el advenimiento de la pandemia por COVID-19 en 2020, la cual puso de manifiesto la fragilidad de las economías nacionales en cuestiones tales como la incapacidad de los aparatos productivos para hacer frente a la demanda de insumos sanitarios, o bien, la deficiencia de los sistemas de salud —en su mayoría privatizados durante el auge neoliberal para atender debidamente a la población afectada por el virus del COVID.
Otros signos de la crisis del neoliberalismo en tanto modelo económico otrora predominante se refieren a la emergencia cada vez mayor de liderazgos políticos de cuño progresista en diversos países del mundo, tanto en el seno de los países centrales (Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, Bernie Sanders en EE.UU., Jean-Luc Mélenchon en Francia) como en los “periféricos” (Andrés Manuel López Obrador en México, Gustavo Petro en Colombia y Gabriel Boric en Chile), impulsándose por parte de aquellos líderes progresistas que se han hecho del poder en sus respectivos países diversos cambios políticos y económicos a contrapelo del modelo económico neoliberal y en aras de superarlo.
Neoliberal tardío
En este contexto de crisis neoliberal se inserta el triunfo de Javier Milei en las pasadas elecciones presidenciales en Argentina, supuesto “outsider” del sistema político de este país que galvanizó a la sociedad argentina con un visceral discurso anti-establishment (3) y quien retoma las máximas de la doctrina neoliberal para su aplicación tardía en el país sudamericano, con una propuesta de gobierno que apunta a medidas tales como la dolarización de la economía, el desmantelamiento de los principales bienes y servicios públicos del país, la imposición de fuertes recortes presupuestales y la supresión de diversas conquistas sociales, en un momento histórico en que el modelo neoliberal ha perdido la hegemonía que tenía hace años, una época denominada por algunos como posneoliberal.
La propuesta neoliberal de Milei resulta de carácter tardío, por cuanto las condiciones socio-históricas que propiciaron la emergencia y entronización del neoliberalismo como modelo de organización económica y social predominante se encuentran hoy día en pleno proceso de reformulación, estando el contexto regional e internacional actuales marcados por el agotamiento del consenso neoliberal (una etapa de post-consenso de Washington) y por la construcción acelerada de un nuevo orden mundial o global a favor de China (a partir del llamado consenso de Beijing), en el que América Latina se ha ido insertando gradualmente, ocupando China cada vez más el papel de hegemón regional desempeñado históricamente por EE.UU.
Este neoliberalismo tardío es impulsado por un personaje que basó su campaña en exaltaciones paroxísticas de la libertad individual (“¡viva la libertad, carajo!”, fue su principal arenga política y La Libertad Avanza el nombre de su agrupación partidaria) y que cuenta con la supervisión personal de los principales artífices del neoliberalismo argentino (el ex presidente Macri, en primer lugar), así como de los herederos de la dictadura (el componente represivo del neoliberalismo, presente de la mano de la vicepresidenta Villarruel). De este modo, Milei pretende incorporar a la órbita del libre mercado todos aquellos bienes y servicios públicos que al día de hoy (y después de varias décadas de pugnas entre las fuerzas neoliberales y progresistas del país) se encuentran aún en manos del Estado argentino, tales como el sistema educativo, el sistema de salud, la televisión y radio públicas, las aerolíneas, los glaciares, el litio, los bosques, etcétera.
Adicionalmente, resulta importante considerar la orientación ideológica de Milei en el ámbito internacional, por cuanto durante su campaña reiteró encarecidamente su alineación política con la otrora superpotencia mundial hoy en proceso de decadencia hegemónica, EE.UU., así como su apoyo irrestricto a países de la órbita imperialista estadounidense, tales como Israel y Ucrania —y a sus respectivos líderes políticos de ultraderecha—; por otra parte, ha menospreciado la posición de China en el concierto internacional y criticado vehementemente la política interna del gigante asiático, además de minimizar la relación bilateral de Argentina con dicho país, a pesar de que éste se avizora inminentemente como la nueva potencia global del siglo XXI.
También en el ámbito internacional Milei ha mostrado la extemporaneidad de sus propuestas en cuestiones tales como el desistimiento a las gestiones del gobierno saliente de Alberto Fernández sobre una eventual adhesión de Argentina a la asociación de economías emergentes BRICS y en favor del ingreso del país a la OCDE. Igualmente, se encuentra la propuesta de Milei de dolarizar la economía argentina, misma que se presenta a contracorriente de las tendencias actuales en materia de desdolarización de la economía global y en pleno declive de la hegemonía del dólar como moneda de referencia a nivel internacional.
Empero, la ofensiva neoliberal liderada por Milei, aunque tardía, se presenta de forma “recargada”, al congregar, alrededor del líder neoconservador y posfascista, a los cuadros estrella de los gobiernos neoliberales previos del país; personajes tales como Roque Fernández —ministro de Economía y presidente del Banco Central durante el gobierno de Menem—, Carlos Rodríguez —secretario de Política Económica del mismo gobierno—, Darío Epstein —también ex funcionario menemista y artífice de las privatizaciones de diversas empresas argentinas en los ‘90—, Luis Caputo —ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante el gobierno de Macri—, así como Patricia Bullrich —ex funcionaria del gobierno de De La Rúa y ministra de Seguridad del gobierno de Macri—. Con estos perfiles ha establecido las líneas de acción de su gobierno, que incluyen una nueva ola de privatizaciones de los bienes y servicios públicos argentinos, recortes a los subsidios implementados en los gobiernos previos, severas medidas de ajuste del gasto público, etcétera.
La recursividad de la propuesta de Milei es observable en su discurso de asunción de la presidencia de Argentina, en el que, además de responsabilizar a los gobiernos progresistas de los graves problemas económicos que aquejan actualmente al país y de reiterar que los fundamentos económicos y sociales de su gobierno serán de carácter neoliberal, hizo eco de conocidísimos tópicos del ideario de este proyecto político, enunciados en su momento por celebres exponentes del mismo, desde la supuesta falta de alternativas al neoliberalismo de Margaret Thatcher, —el famoso TINA (4)—, a la terapia del shock de Milton Friedman y con reminiscencias del discurso de asunción de Menem como presidente de Argentina en 1989.
Por demás, y ante la crudeza de las medidas y ajustes ya anunciados e implementados por Milei en sus primeras semanas de gobierno, resta observar la capacidad de la oposición legislativa y del Poder Judicial para hacer frente a las medidas antisociales y draconianas de este gobierno, así como los márgenes de acción de los movimientos sociales ante las medidas abiertamente represivas ya anunciadas por el mismo, esperando que en los siguientes cuatro años el pueblo argentino logre salir avante y contener esta acometida ultraneoliberal y que, mientras tanto, en la izquierda partidaria logren impulsarse y madurar las opciones de relevo generacional que ya se avizoran desde hace tiempo en el escenario político argentino, mismas que se condensan en la figura del líder peronista y economista keynesiano, actualmente gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
- La Sociedad Mont Pèlerin fue una asociación de intelectuales liberales surgida a mediados del siglo XX y dedicada a discurrir en torno a la propuesta de un nuevo liberalismo que contrarrestase el predominio de las doctrinas económicas colectivistas y/o redistribucionistas de la época —keynesianismo y socialismo—, la cual agrupaba a pensadores de diversas disciplinas tales como Friedrich Hayek, Milton Friedman, Ludwig von Mises, Karl Popper, Ludwig Erhard y Salvador de Madariaga, entre otros. Véase: David Harvey, Breve historia del neoliberalismo (trad. Ana Varela Mateos), Madrid, Akal, 2005; Fernando Escalante Gonzalbo, Historia mínima del neoliberalismo, México, Colegio de México, 2015 y Héctor Guillén Romo, “Los orígenes del neoliberalismo: del Coloquio Lippmann a la Sociedad del Mont-Pèlerin/The origins of neo-liberalism: of the Lippmann colloquium to the Mont-Pelerin Society”, en Economía, vol. 15, núm. 43 (2014).
- El cual eventualmente sería denominado como el “Consenso de Washington” por el académico inglés John Robinson, quien sistematizaría las principales políticas económicas de este acuerdo hegemónico adoptado por los países periféricos (política fiscal, tributaria, de privatización, de liberación comercial, de desregulación, de liberalización financiera, etcétera). Sobre este tema, véase: Rubí Martínez Rangel y Ernesto Soto Reyes Garmendia, “El consenso de Washington: la instauración de las políticas neoliberales en América Latina”, en Política y Cultura, núm. 37 (2012), pp. 35-64.
- “La casta” fue la expresión con la que Milei trató de demostrar su supuesto encono hacia la clase política argentina y que condensaba sus críticas a ésta como responsable de la “decadencia” del país en los últimos decenios. Véase: “Milei finalmente explicó quiénes entran en la categoría de casta”, en LaPolíticaOnline, Argentina, 05 de octubre de 2023. Disponible en <https://www.lapoliticaonline.com/amp/270613-milei-finalmente-explico-quienes-entran-en-la-categoria-de-casta/> [consultado: 22 de diciembre de 2023].
- “There is no alternative”, frase pronunciada por Margaret Thatcher en 1980, la cual condensa el clima de la época, en que la imposición del neoliberalismo se anunciaba como algo ineluctable y sin contrapesos por los pregoneros de este proyecto mundial de reorganización de la burguesía. “Acerca de: No hay alternativa”.DBpedia, s.f, https://dbpedia.org/page/There_is_no_alternative [consultado: 21 de diciembre de 2023].