La distorsión de la sobrerrepresentación

Daniel Plata

Los sistemas de representación en el Poder Legislativo son de muchos colores, olores y sabores; hay de mayoría relativa pura, hay de representación proporcional pura, con listas abiertas, cerradas, de arriba de abajo, mixtos, mezclados, etcétera. México tiene un sistema mixto, en la Cámara de Diputados cuenta con 300 legisladores electos por mayoría relativa y 200 de representación proporcional, en el Senado son 64 de mayoría relativa, 32 de primera minoría y 32 de representación proporcional.

En estos momentos existe un debate público sobre la asignación de legisladores en la Cámara de Diputados, la alianza opositora y afines acusan que las proyecciones realizadas generarían una sobrerrepresentación a la alianza oficialista y que esto permitiría a esta última aprobar reformas constitucionales sin necesidad de negociar con la oposición; generando así un nuevo periodo en donde las reformas se aprobarían sin discusión ni modificaciones, pasando a ser un mero trámite el proceso legislativo. Ante esto conviene hacer un análisis sobre lo que dice la ley, el espíritu de las reformas (o ¿por qué se legisló y cómo se legisló?), la votación total, distritos ganados, cayos machucados, sinvergüenzas declarados, periodicazos lanzados, filias, fobias, similares y conexos.

Y para empezar quiero afirmar lo siguiente: los legisladores no son capaces de ver las consecuencias de sus acciones, los politólogos se durmieron en sus laureles, Morena ha capitalizado todos y cada uno de los huecos de la legislación para amasar un poder que nadie imaginó.

Dos más dos es cuack. Dos momentos, nadie se dio cuenta que su ambición se les voltearía

José Woldenberg en su columna del día 23 de julio de 2024, menciona que la fórmula que limita la sobrerrepresentación al 8% fue diseñada en la reforma de 1996 y estableció que ningún partido podría tener más de 300 diputados por ambos principios. Esto generó siempre una distorsión favorable al partido que tuviera más votos. Lamenta que nunca se logró una distribución directa en las fórmulas de representación proporcional (así lo estamos lamentando ahora todos también). Se decía que no volvería a haber un partido que pudiera reformar la Constitución por sí mismo.

Continúa mencionando que en 2007 una nueva reforma hizo que los partidos políticos no aparecieran en coalición en las boletas, aunque estuvieran en esta modalidad, esto con la finalidad de que los partidos pequeños (o satélite o rémora o franquicia) no se colgaran del instituto político principal para conservar el registro y generar un conteo certero de los votos por cada uno de los actores en alianza, gracias a esta reforma, el primer Partido Encuentro Social (PES) y el Partido Nueva Alianza (PANAL) perdieron el registro en 2018.

Two doctors – left, the 5th Marquess of Lansdowne, and right, H. H. Asquith – recommending different remedies to an irate patient; representing arguments surrounding the Parliament Act of 1911 and reform in the House of Lords. Pen drawing by F.C. Gould, 1911. Wellcome Collection. Source: Wellcome Collection.

Nadie se imaginó nunca que estas dos reformas generarían una inflexión en donde una coalición (o movimiento o secta o culto) lograría derrotar la reforma gracias a una reforma posterior. Los legisladores y los analistas nunca se imaginaron que la omisión de un mecanismo de limitar a las coaliciones fuera necesario.

Y de pronto cuack, la alianza encabezada por Morena logra lo que parecía impensable: estar a punto de tener una mayoría calificada

¡Escándala! Una sola mayoría va a tener la mayoría en las Cámaras

Existen analistas políticos aterrados (como deberíamos estarlo todos) porque la conclusión lógica es que el INE asignará los diputados de representación proporcional para que la coalición oficialista tenga la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. Más allá de las consecuencias legislativas y en la salud hepática de los de “Atypicalteve” cabe hacer una reflexión. ¿Realmente es válido el berrinche de que habrá sobrerrepresentación?, pareciera que sí.

Algunas proyecciones indican que la alianza oficialista tendría casi el 75% de los diputados, mientras que la oposición se quedaría reducida al 25%.Cierto es que esto representaría una sobrerrepresentación del 20% en términos generales para la alianza opositora, pero esto no es un Sistema de Representación Proporcional puro, es decir un sistema donde las personas votan por una propuesta política y dependiendo del porcentaje de votos que obtengan se hace la designación de escaños en el legislativo.

Como menciona Eduardo Andrade Sánchez en su columna del 23 de julio de 2024, la sobrerrepresentación se calcula por partido y no por coalición. Morena y compañía tendrán los diputados de representación proporcional que les permite la ley a cada uno porque sus diputados no entran como un solo bloque o grupo a la legislatura.

En teoría esto podría significar que un grupo parlamentario de los tres podría romper la alianza en el legislativo y no permitir que se realicen las reformas constitucionales que pretende el estómago de AMLO. Esto solo es teoría, en la práctica no pasaría a menos que el Verde encuentre un mejor señor al cual servir.

Regular las cosas que pasan de facto para evitar huecos legales es uno de los grandes retos que tienen todos los sistemas jurídicos del mundo. En México somos expertos en convertir el derecho en letra muerta, lo cual genera más regulación y complicaciones. Un ejemplo electoral: la paridad de género en las cámaras

A quack and a clown on stage presenting their wares to a hostile audience; referring to various politicians reactions to the replacement of the fixed duty on corn. Coloured lithograph by J. Doyle, 1841. Wellcome Collection. Source: Wellcome Collection.

La lucha legítima de las mujeres por obtener mayores espacios de representación ha significado que en aproximadamente 20 años hemos transitado de cámaras conformadas por una mayoría abrumadora de hombres, a cámaras con representación paritaria. Sin embargo, esto solo se ha logrado gracias a que las regulaciones se han vuelto más estrictas, no a que los partidos han abierto más espacios por su cuenta; recordemos que en su momento primero se postularon candidatas como titulares, con suplentes hombres y si ganaban, algunas pedían licencia para que asumiera el cargo el suplente. Esto generó indignación y para la siguiente elección se obligó que las fórmulas donde fuera titular una mujer, la suplente también habría de ser mujer.

Después se detectó que las postulaciones de mujeres se daban principalmente en distritos que se consideraban perdidos por los partidos políticos, así que, siguiente arreglo, se generó un mecanismo donde se revisaba el porcentaje de votos de la elección anterior para garantizar que hubiera equidad de postulaciones en distritos ganables y perdidos. Otra joya, aunque se debía garantizar la paridad en las listas de representación proporcional no se establecía que se tuvieran que alternar las fórmulas y se relegaba a mujeres a lugares con menos posibilidades de asignación, se tuvo que regular, ahora se tienen que alternar las candidaturas para no generar distorsiones. 

Pero regresemos al tema central de este texto, si este fuera un sistema electoral de mayoría relativa puro, la alianza oficialista tendría 85% de los escaños al haber ganado 256 distritos de los 300 en disputa a pesar de solo tener el 53% de la votación. Si este fuera un sistema de representación proporcional puro tendría solo 267 escaños. Pero no es ninguno de los dos, es un sistema mixto, es decir un sistema donde un número de legisladores se eligen por votación directa (Mayoría Relativa) y otro por el porcentaje de votos que obtiene un partido político (Representación Proporcional). Por lo que los distritos ganados no están en litigio (por decirlo de alguna manera) y la representación proporcional se hace con base en una bolsa menor de diputados.

Quienes ahora se quejan de que existe una sobrerrepresentación son cómplices al no arreglar la fórmula cuando pudieron. Esto también aplica para las coaliciones, debieron prever que algo así podría pasar y limitar la cantidad de diputados que pueda tener una coalición, no solo un partido político. 

El punto central es el siguiente: los tres partidos políticos que conforman la coalición Sigamos Haciendo Historia funcionan en el legislativo como un bloque, no existe una diferenciación real entre las votaciones durante las pasadas dos legislaturas. De facto, podríamos hablar de una coalición legislativa, de iure, esto no es así. Así como en los hechos Morena y sus aliados aprovechan el agujero de la ley para obtener una cantidad de legisladores por representación proporcional que un partido solo no podría. Pero legalmente cada partido constituye un grupo parlamentario diferente y tiene derecho a los espacios que le corresponden.

La autoridad electoral no puede interpretar la legislación de forma diferente a la que sucede en los hechos jurídicos y estos son que cada partido tiene una votación y por lo tanto le corresponde una designación individual de diputaciones de representación proporcional, cada partido tiene una cantidad de distritos ganados por mayoría relativa y derivado de la fórmula de representación proporcional se le asignarán escaños.

Pongamos unas premisas entonces:

  • La alianza oficialista ganó el 85% de los distritos electorales.
  • La designación de diputados plurinominales podrá generar una mayoría calificada sumando los escaños de los tres partidos que conforman la alianza oficialista.
  • La oposición y algunos analistas consideran que esta mayoría sería ilegal pues generaría una sobrerrepresentación por encima del tope legal.
  • El tope legal de sobrerrepresentación no se determina con base en la votación total que se emite sino con base en la votación que obtienen solo los partidos con derecho a escaños plurinominales, como se explicará más adelante.

Lo cierto es que la oposición no puede reclamar en la mesa lo que no pudo ganar en las urnas. Los sesgos del sistema electoral estaban ahí, no los corrigieron, ahora quieren evitar una sobrerrepresentación que ellos mismos propiciaron con varias cosas:

  • Falta de propuestas y programa de gobierno.
  • Falta de candidatos ciudadanos y acaparamiento de espacios por parte de las dirigencias.
  • Desprecio por los votantes.
  • No aprovecharon sus mayorías para hacer las reformas que podrían haber evitado esta masacre

Los ciudadanos podrían reclamar que el hecho de que la alianza oficialista obtenga una sobrerrepresentación tan grande, quebranta el espíritu que pretendían los legisladores en 2007, sin embargo, también debemos considerar que esta sobrerrepresentación no es nueva, en la LXIII legislatura el PRI obtuvo 30% de los votos, con una sobrerrepresentación máxima de 36% es decir el máximo de diputados que debía tener por ambos principios era 190, su grupo parlamentario estaba conformado por 202 diputados. Y en ese entonces no hubo el escándalo que existe ahora.

Pero es que ese no es todo el cuento. Fíjense ustedes que para hacer el cálculo el INE no toma en cuenta la votación total emitida (todos los votos que llegan a las urnas), sino que primero para revisar que partidos conservan el registro, resta los votos nulos y para candidatos no registrados. Con este resultado, que se le llama votación válida emitida, se calcula el porcentaje de votos que tuvo cada partido político, los partidos que no obtengan el 3% no tienen derecho a representación proporcional. En 2015 quedaron fuera PT y Partido Humanista.

En el caso de esta elección la sobrerrepresentación máxima de Morena deberá estar cercana al 51%, para el PVEM en 16% y para el PT en 13%, esto quiere decir que la alianza oficialista, máximo debería tener 82% de los escaños en la cámara esto es 412, número que estarán muy cercanos a obtener. Si la fórmula tomara en cuenta a los partidos como coalición aún con el tope de 8%, su tope de sobrerrepresentación estaría en el 66%, el máximo estaría más cercano a tener la mayoría calificada de cualquier forma. 

Y bueno, probablemente sea la última vez que tengamos que preocuparnos por esta fórmula, así que ¡disfruten!


Daniel Plata es politólogo por la UNAM.


Four men whose distorted shadows are cast on the wall:a an apothecary casting the shadow of a clyster, a censor casting the shadow of a devil, a hereditary peer casting the shadow of a pig, and a Jesuit casting the shadow of a turkey. Coloured lithograph by J.J. Grandville, 1830. Wellcome Collection. Source: Wellcome Collection.


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