Entendiendo el por qué del Proyecto Comunal de Venezuela

Por Albanys Montilla

  • El origen del Proyecto Comunal

 Venezuela está atravesando uno de los momentos más duros de su historia, luego de un largo proceso de luchas populares. El 27 de febrero de 1989, Guarenas fue el epicentro del primer estallido social en América Latina contra el paquete de medidas neoliberales impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mejor conocido como “El Caracazo”. La fuerza de este episodio, junto a la rebelión militar de 1992, generó un movimiento popular encabezado por Hugo Chávez, quien emergió como una alternativa política al bipartidismo que gobernó el país por más de 40 años.

 

Luego de una gran movilización social, en 1998 resultó electo a la Presidencia el Comandante Chávez, con la propuesta de refundar la República a través de un proceso constituyente: “Juro delante de mi pueblo y sobre esta moribunda Constitución que impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos”. La democracia participativa y protagónica se convirtió así en el eje de las transformaciones sociales y políticas de todos los sectores sociales históricamente marginados.

Bajo la doctrina de Simón Bolívar, el pueblo fue reviviendo y desempolvando la tradición revolucionaria e identificando las razones históricas por las que debía luchar. Chávez en su ejercicio de poder fue madurando y profundizando junto al pueblo el carácter del proyecto, deslindándose de la llamada tercera vía, y enarbolando el carácter antiimperialista del proyecto bolivariano que se estaba construyendo desde las catatumbas venezolanas, proponiendo así el “Socialismo del Siglo XXI” como vía para conquistar las demandas del pueblo.

A partir de estas definiciones, se crearon diversas formas organizativas en todo el territorio, al mejor estilo de la “Toparquía”: poder del lugar que planteaba Simón Rodríguez[1]. En el 2006 el pueblo acude el llamado a conformar Consejos Comunales, que son instancias de integración, participación y articulación ciudadana donde confluyen los diversos movimientos y fuerzas territoriales; con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de las mayorías mediante comités: salud, educación, tierra urbana o rural, vivienda y hábitat, protección e igualdad social, comité de economía popular, comité de mujer e igualdad de género entre otros. Los Consejos Comunales son la primera instancia para la conformación de Comunas.

 Es importante resaltar que las Comunas son la base de la transformación bolivariana. La Comuna, según la Ley de Comunas (2010):

“es un espacio socialista que, como entidad local, es definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable(…)”.

La Comuna es la máxima expresión del autogobierno, es la forma directa mediante la cual el pueblo accede a los recursos del Estado para garantizar de una forma directa, participativa y protagónica, la formación, producción y desarrollo endógeno y así solventar las necesidades que ha venido arrastrando históricamente. Por eso, es necesaria la integración de los Consejos Comunales existentes en un territorio para conformar una Comuna y en el caso de los pueblos originarios les será respetada y reconocida sus formas de organización para la integración comunal.

En la Unión está la fuerza, constituye una consigna muy utilizada en los territorios comunales, que resume los grandes retos que asume la construcción territorial: el encadenamiento productivo que ocurre una vez consolidada una Comuna, construyendo un intercambio de complementariedad y desarrollo mancomunado que se vuelva una alternativa económica y formativa sostenible, que logra romper con los intermediarios y la especulación en el campo y la ciudad.

  • El proyecto comunal: retos y horizonte

Ahora bien, como todo proyecto que aspira a la construcción de un modelo político económico alternativo al sistema patriarcal, capitalista de consumo y acumulación por despojo de las mayorías; las formas de desestabilización, intentonas de golpe de estado y coacción han sido una constante para la Revolución Bolivariana, medidas que más allá de socavar el gobierno del Presidente Chávez en su momento y ahora del actual Presidente Nicolás Maduro, han afectado fuertemente la cotidianidad del pueblo venezolano y el avance del movimiento popular.

En el 2015, el entonces Presidente Barack Obama calificó a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional de EE.UU”, lo que le permitiría a la Casa Blanca imponer sanciones o congelar bienes del Estado venezolano, tal como lo hizo después Donald Trump en el 2017, con la aplicación de las 150 medidas coercitivas unilaterales. Estas medidas de asfixia económica, entre otros efectos, provocaron el congelamiento de todas las cuentas del Estado y se intervinieron las transacciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA) cuya empresa representa el principal motor del país. Estas sanciones fueron respaldadas por la Unión Europea y los Gobiernos influenciados por EEUU dejando claro que todos aquellos países que apoyaran de alguna forma a Venezuela podría sufrir las mismas consecuencias, así como lleva Cuba 60 años de bloqueo.

Las más afectadas con todas estas medidas han sido las mujeres, quienes tuvieron que cubrir toda la demanda social de educación, salud, alimentación, cuidados, rol que históricamente han jugado pero esta vez sin las ayudas mínimas del Estado y en niveles de precarización inhumanos. Sin duda, el pueblo venezolano ha pasado momentos muy duros, con cifras incalculables de víctimas directas e indirectas del bloqueo, de jóvenes en formación, técnicos y profesionales que eran el presente y el futuro de la construcción de un proyecto que suponía, como lo planteaba el Libertador Simón Bolívar, “la mayor suma de felicidad posible” y que se fueron del país en busca de un “futuro mejor”.

Internamente estas medidas trastocan de diversas formas: una de ellas es la corrupción y distorsión del proyecto en algunos sectores de gobierno, que ante condiciones insostenibles de gobernar plantean salidas conciliadoras con la burguesía y sectores contrarrevolucionarios. Mientras tanto, en cada rincón del país la artillería chavista va calentando motores con fuerza, organizándose, construyendo, formándose y produciendo para demostrar que la única forma de soportar los latigazos imperiales es con un pueblo consciente y despierto, tal como la historia nos lo ha demostrado incansablemente. Ante la crisis, externa e interna, el chavismo se profundiza desde abajo con organización popular.

Aun cuando todo parecía desfavorable, las Comunas se fortalecen y cobran más sentido que nunca para el pueblo venezolano, este pueblo que entiende que a problemas individuales se les debe dar soluciones colectivas. El gran reto para el movimiento comunal y popular hoy en Venezuela es tener una lectura actualizada de las necesidades que demanda el momento histórico. Impulsar el Estado Comunal para desmontar el sistema imperante, a través de un proceso político, social y económico emancipador de autogobierno.

En el seno del movimiento comunal encontramos una gran experiencia emergente “La Unión Comunera» cuya expresión organizativa se ve reflejada en 5 regiones del país. La Dirección Política se encuentra orientada por La Comuna el Maizal y La Comuna Vencedores de Carorita (Centro Occidente), cuyo fuerte económico es la cría de porcinos, bovinos y la siembra de legumbres y cereales, siendo el maíz una semilla fundamental dado el arraigo ancestral por su consumo. La Comuna Che Guevara (Andes), quienes sustentan su proceso económico y organizativo a partir de la siembra y procesamiento del café y el cacao. La Comuna Luisa Cáceres de Arismendi, Comuna las Cinco Fortalezas de la Revolución Bolivariana y Comuna Agroindustrial Cacique Guaicaipuro (Oriente), quienes han desarrollado un gran trabajo en materia de reciclaje, siembra de caña de azúcar y procesamiento de sus derivados. La Comuna 5 de Marzo Comandante Eterno y Comuna Sur Existe, quienes a partir de su realidad urbana han potenciado sus capacidades de acopio, procesamiento y distribución de alimentos. Y las organizaciones Tatuy Tv y el Frente Cultural de Izquierda (FCI), quienes a partir de la Comunicación y la Educación Popular han hecho aportes en la construcción territorial de las Comunas y el movimiento popular en Venezuela.

En este proceso de intercambio de saberes y complementariedad para la eliminación de intermediarios, la formación y producción local de las comunas organizadas en la Unión Comunera han sido de gran referencia dentro y fuera de sus territorios, ya que a partir del bloqueo no se encontraban fertilizantes, ni semillas y estas empezaron a producir abonos orgánicos y alternativas agroecológicas para no detener la producción, como también implementaron la “Brigada de Activación Territorial Argelia Laya”, donde un grupo de compañeros y compañeras llegaban a los territorios comunales (o en proceso) con un primer aporte en semillas de maíz para que pudieran arrancar el ciclo productivo y como forma de compensación, la Unión sólo les pedía que le dieran la misma cantidad a otras comunidades con iniciativas de producción colectiva. De igual forma, las farmacias comunales que se sustentan a partir de los huertos y saberes ancestrales de plantas medicinales han sido la alternativa a la desaparición de medicamentos. La elaboración de bloques de adobe para la construcción de casas comunales ha sido una línea fundamental en los territorios que hacen parte de la Unión.

Asimismo, la creación de Escuelas Comunales a lo interno de los territorios ha sido el garante de que la formación en el país no se detenga. Tanto los comedores como el programa pedagógico son sustentados por la Comuna (en algunos territorios del país), quienes son los y las que identifican cuáles son los temas que se deben abordar para un mejor desarrollo de la sociedad. Es un pensum elaborado a partir de la realidad local. Esta es la Educación Popular que se promueve en la Unión Comunera. Para nosotros y nosotras es fundamental seguir profundizando la conciencia del pueblo sobre la administración de la propiedad social, entendiendo que la construcción Comunal funciona como una Escuela en sí misma, ya que todos llegamos con la necesidad de agruparnos para vivir y sobrevivir, arrastrando los vicios del sistema capitalista, y en el proceso de construcción nos deconstruimos y reconstruimos en conciencia, costumbres, valores y hábitos, para desarrollar unas nuevas relaciones sociales siendo esas mujeres y hombres nuevos del que nos habló el Comandante Che Guevara. ¡Independencia, Comuna y Socialismo!.

 

 El autor es Militante del Frente Cultural de Izquierda y la Unión Comunera

Pixabay

 

[1] T/ J. A. Calzadilla Arreaza, Simón Rodríguez y la carta de la “Toparquía”

https://memoriasdevenezuela.wordpress.com/2016/11/21/simon-rodriguez-y-la-carta-de-la-toparquia/

 

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