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Derrota, exilio y autocrítica: Controversia para el examen de la realidad argentina (1979-1981)

Por Aitor Valdesogo

Tras el golpe de estado de marzo de 1976, miles de argentinos y argentinas abandonaron su país huyendo de la represión. Siguiendo una larga tradición diplomática de acogida de exiliados políticos, México ofreció cobijo a gran parte del exilio del Cono Sur. Decepcionados por la derrota de la nueva izquierda en Argentina, un grupo de intelectuales argentinos emprendió un proceso de reflexión y autocrítica desde el exilio en México. El resultado fue la revista Controversia (1979-1981), cuyas páginas recogen los debates doctrinales y los análisis de la derrota que llevaron a cabo estos intelectuales de izquierda al repensar críticamente su pasado.

Juramento de Jorge Rafael Videla como presidente de Argentina en la Casa Rosada, 29 de marzo de 1976. Autor desconocido, dominio público-Wikimedia Commons.

Los orígenes

 Sergio Bufano llegó a la Ciudad de México el día de Año Nuevo de 1977. Estaba finalmente a salvo. Capturado por los militares argentinos tras el golpe de la primavera anterior, logró escapar de Buenos Aires con una identidad falsa. Era uno de los más de seis mil argentinos y argentinas que abandonaron su país huyendo de la represión. Bufano había formado parte del Frente Argentino de Liberación (FAL), una organización guerrillera marxista que operó en la segunda mitad de los años sesenta y la primera de los setenta. “Era miembro de lo que se llamaba entonces ‘nueva izquierda’, que eran desprendimientos del Partido Comunista, del Partido Socialista… es decir, éramos jóvenes que rompíamos con los viejos partidos (…). La cosa de las armas era todavía muy lejana.”[1] Dos años después de su llegada participó en la fundación de Controversia, una revista en la que intelectuales exiliados debatían el fracaso de su pasado revolucionario y analizaban críticamente los resultados de su lucha.[2] Su experiencia refleja la realidad de miles de exiliados latinoamericanos que encontraron en México un refugio al tiempo que juntas militares tomaban el control de sus países. El exilio mexicano y Controversia actuaron como espacios decisivos en la formación de la nueva intelectualidad oficial argentina tras la dictadura.

  La diáspora comenzó meses antes del golpe de estado. Amenazados por la Triple A, un grupo de argentinos buscó refugio en México a finales de 1975.[3] La mayoría eran peronistas de izquierda que mantenían cierta conexión con Montoneros, la principal guerrilla peronista fundada en 1970. Rodolfo Puiggrós, antiguo rector de la Universidad de Buenos Aires, lideraba este grupo. Los intelectuales de izquierda no peronistas, como Noé Jitrik, huyeron también antes del golpe. Puiggrós, aprovechando sus relaciones académicas con las universidades mexicanas, se convirtió en la cabeza visible del exilio argentino.[4] En febrero de 1976 fundó el Comité en Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA), pero pronto surgieron desavenencias. El grupo liderado por Jitrik se mostraba crítico con el carácter militante del COSPA y la influencia de Montoneros en la organización.[5] “Todo estaba muy, muy dirigido por Montoneros. Entonces los marxistas nos sentíamos incómodos”, afirma Bufano.[6] Escindidos del comité, los críticos con Puiggrós fundaron la Comisión Argentina de Solidaridad (CAS) a mediados de 1977.

A pesar de las discrepancias, el contexto mexicano favoreció el desarrollo de una sólida red de exiliados en cuyo seno tuvieron lugar intensos debates. El pasado revolucionario de México hizo de la solidaridad con los exiliados que huían de la represión un elemento central de su diplomacia.[7] Algunos de los exiliados consiguieron trabajo en universidades mexicanas, como Puiggrós, que fue contratado como profesor de ciencia política en la UNAM. Sergio Bufano, Nicolás Casullo y Sergio Caletti trabajaron como asesores para los discursos del presidente José López Portillo.[8] Asimismo, el COSPA recibía financiación del gobierno mexicano.[9]

La idea de fundar una revista de argentinos en México fue de Miguel Ángel Picatto, exiliado de la Unión Cívica Radical sin vínculos con la lucha armada. Sin embargo, Picatto abandonó pronto el proyecto.[10] Mientras que él imaginaba un espacio en el que denunciar los crímenes perpetrados por la junta militar argentina, los integrantes del CAS apostaban por una plataforma en la que hacer “autocrítica sobre el papel que jugó la izquierda en el tema de la violencia y los derechos humanos.”[11] Los fundadores de Controversia para el examen de la realidad argentina (1979-1981) procedían en su mayoría de la Mesa Socialista, así como un pequeño grupo de la Mesa Peronista: los “reflexivos.”[12]Así pues, la revista nació como un espacio de encuentro y debate entre socialistas y peronistas en el que poner en común distintos análisis de la derrota. A pesar de las divergencias, ambos compartían una idea central: habían sido derrotados y no existía acción posible para acabar con la dictadura.[13]

El consejo de redacción de Controversia estaba integrado por los socialistas Juan Carlos Portantiero, Óscar Terán, Sergio Bufano, José Aricó y Jorge Tula; y los peronistas “reflexivos” Héctor Schmucler, Ricardo Nudelman, Nicolás Casullo y Sergio Caletti; la mayoría, intelectuales sin conexión con la lucha armada. A pesar de sus diferencias ideológicas, constituyeron el primer grupo que reconoció abiertamente la derrota de la izquierda argentina, la imposibilidad de luchar contra la junta militar y los errores cometidos durante su pasado revolucionario. Mientras el grupo formado en torno al COSPA y Montoneros continuó pensando en términos revolucionarios y preparando una contraofensiva, Controversia representó la aceptación de la derrota y la necesidad de autocrítica. El editorial del primer número, escrito por José Aricó, refleja el cambio en la interpretación de la política argentina y su pasado reciente:

“Muchos de nosotros pensamos, y lo decimos, que sufrimos una derrota, una derrota atroz. Derrota que no sólo es la consecuencia de la superioridad del enemigo sino de nuestra capacidad para valorarlo, de la sobrevaloración de nuestras fuerzas, de nuestra manera de entender el país, de nuestra concepción de la política.”[14]

Controversia para el examen de la realidad argentina (Portada). N.º 1, octubre 1979.

La revista de la nueva intelectualidad argentina

 Controversia actuó como caldo de cultivo de una nueva intelectualidad argentina. El exilio mexicano impulsó un viraje en estos militantes de izquierda desde posturas revolucionarias hacia la defensa de los valores liberal-democráticos y los derechos humanos. Muchos de ellos acabaron ocupando cátedras en universidades argentinas tras la transición a la democracia. Óscar Terán, Juan Carlos Portantiero, Héctor Schmucler, Nicolás Casullo y Sergio Caletti fueron profesores en la Universidad de Buenos Aires. Su participación activa en la nueva democracia —Portantiero llegó a ser asesor del presidente Raúl Alfonsín (1983-1989)— no puede separarse de su experiencia como exiliados. En las páginas de Controversia comenzaron a tomar forma algunos de los principales debates que tendrían lugar a lo largo de la siguiente década. Entre ellos, cabe destacar (1) el exilio, (2) la crisis del marxismo y (3) la relación entre democracia, socialismo y peronismo.

El exilio

 El exilio es uno de los temas recurrentes en la revista.[15] La proyección continental del exilio argentino hizo posible el rápido proceso de renovación ideológica. Universidades, centros de investigación regionales y otras revistas contribuyeron a la “latinoamericanización” de su pensamiento. Instituciones como FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) actuaron como puentes entre los exiliados argentinos y la academia regional.[16]

Rodolfo Terragno y Osvaldo Bayer protagonizaron uno de los debates más intensos en torno al significado del exilio. Terragno, radicado primero en Venezuela y después en Inglaterra, interpretaba el exilio como un privilegio de aquellos que habían podido huir del país. Las verdaderas víctimas eran, por tanto, aquellas que no tuvieron la opción de escapar.[17] Bayer, exiliado en Alemania, criticó duramente las palabras de Terragno, entendiendo a los exiliados como víctimas responsables de denunciar los crímenes cometidos por los militares.[18] El debate continuó a lo largo de los siguientes números de la revista. Independientemente del significado que el exilio tenía para los distintos autores, todos eran conscientes de que una inmensa mayoría no tuvo la oportunidad de huir. La creciente distancia que les separaba de su país implicaba un riesgo: “se ignora la posibilidad de resistencia en lo ‘peor’ porque no se vive la historia del país real, ni se hace el esfuerzo necesario para incluirse en él desde la distancia.”[19] Sin pasar por alto esa relación de externalidad, el exilio estimuló una reflexión sobre las responsabilidades de la derrota. Schmucler lo expresó así:

“Si nos proponemos avanzar en lucidez sobre esta derrota, no podemos achacar todas las culpas al enemigo. De él debemos conocer cómo es, quién lo integra, cómo actúa; para combatirlo. Pero lo primordial es saber por qué fue posible lo que ocurrió para intentar delinear lo que será posible en el futuro. (…) [Necesitamos] indagar por qué cada uno de nosotros vio como verdad lo que hoy aparece falso; cuáles fueron las condiciones de nuestra propia ceguera.”[20]

La crisis del marxismo

Un segundo tema central de Controversia es la crisis del marxismo y las consecuencias del uso de la violencia. La metamorfosis de muchos marxistas argentinos forma parte de la más dilatada evolución del marxismo latinoamericano. Al período revolucionario de la década de 1920 le siguió una etapa no revolucionaria influida por el estalinismo hasta finales de la década de 1950. La revolución cubana catalizó la aparición de una nueva izquierda revolucionaria en la década de 1960, víctima de la represión brutal de dictaduras militares.[21] La mayoría de los colaboradores de Controversiasimpatizaron con las ideas revolucionarias de la tercera fase, protagonizando posteriormente una conversión hacia posturas postmarxistas e incluso liberales. Bufano escribió el que quizá sea uno de los análisis más lúcidos sobre el empleo de la violencia y sus consecuencias. Exmilitante del FAL, fue testigo de la lógica tras las acciones violentas emprendidas por grupos armados. Según su visión de la historia reciente argentina, la lucha armada no atrajo a la clase trabajadora antes de 1969 y las guerrillas estaban condenadas al fracaso desde los primeros atentados a principios de la década de 1970.[22] El problema fundamental al que se enfrentaron los grupos armados fue la relación entre la vanguardia y las masas trabajadoras, que no se identificaron unánimemente con la violencia.[23] La consecuente militarización de la guerrilla y la confusión entre los brazos político y militar condujo a una errónea interpretación de la realidad y a la aparición del “hombre aparato.”[24] [25] En definitiva, las guerrillas creyeron ser capaces de desafiar el poder de la burguesía, pero los conservadores y los militares preparaban ya su contraofensiva.

Democracia, socialismo y peronismo

 La relación entre democracia, socialismo y peronismo fue una preocupación constante entre los exiliados argentinos. En un intento de encontrar una explicación de la derrota, socialistas y peronistas llegaron a distintas conclusiones. Según Portantiero, el socialista más ilustre de la revista, había tenido lugar una disociación entre democracia y socialismo, así como una falsa identificación entre peronismo y socialismo por parte de ciertos grupos de la nueva izquierda.[26] El peronismo habría sido producto de una coalición de fuerzas sociales contradictorias, fuertemente influidas por la clase trabajadora urbana. Rechazando la reacción autoritaria y el modelo jerárquico estatista del peronismo, Portantiero entendía la democracia como una fase previa al socialismo.[27] Así, los socialistas pusieron en valor la democracia política en contra de lo que consideraban un acaparamiento peronista de las instituciones.

Los peronistas fueron críticos con los socialistas, arguyendo que el estatismo peronista no transgredía el carácter popular de la democracia, sino que reunía al estado y a la clase trabajadora.[28] Las diferencias entre peronistas y socialistas acabaron siendo irreconciliables. El debate en torno a la necesidad de una democracia “formal” o “real” para Argentina, así como el desacuerdo sobre el significado de estos conceptos, determinaron la desaparición de Controversia,publicada por última vez en agosto de 1981.[29]

 

Conclusión

Controversia representa el primer intento serio de autocrítica por parte de la izquierda argentina tras el golpe de estado de 1976. Los socialistas y los peronistas “reflexivos” emprendieron un proyecto en el que reflexionaron sobre su pasado revolucionario, sus errores y las causas de su derrota. Conscientes de la imposibilidad de regresar a su país hasta el final de la dictadura, sentaron las bases del marco intelectual e ideológico sobre el cual se erigió la nueva democracia tras la victoria de Alfonsín en las elecciones de 1983. Por medio de la crítica a la violencia y la reevaluación de la democracia liberal y los derechos humanos, rechazaron la teoría revolucionaria y adoptaron posiciones más moderadas. En definitiva, Controversia anticipó los debates que tendrían lugar a finales del siglo XX y principios del XXI en Argentina. Portantiero, Aricó, Terán, Casullo, Schmucler… todos ellos todavía integran la lista de los académicos argentinos más importantes de las últimas décadas. El exilio mexicano impulsó el surgimiento de una nueva intelectualidad oficial que jugó un papel central en la legitimación del nuevo régimen democrático.

Sobre el autor: Aitor Valdesogo (España, 26 años) es un estudiante de doctorado en Historia en la Universidad de Notre Dame (Indiana, USA). Cursó un Grado en Historia y un Máster en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca. Especializado en el siglo XX latinoamericano, sus intereses abarcan los regímenes autoritarios, las comunidades de exiliados y la diplomacia entre los Estados Unidos y los países de la región.

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[1] Sergio Bufano, entrevistado por Aitor Valdesogo, 24 de noviembre de 2021.

[2] Los números de Controversia han sido digitalizados por el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) y pueden consultarse en https://americalee.cedinci.org/portfolio-items/controversia/

[3] El gobierno peronista creó la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) en 1973 para perseguir y ejecutar a los principales líderes de la izquierda intelectual. Para una descripción detallada de la organización, ver Julieta Rostica, “Apuntes ‘Triple A’. Argentina, 1973-1976”, Desafíos, vol. 23, n.º 2, diciembre 2011, pp. 21-51.

[4] Pablo Yankelevich, “The COSPA: A Political Experience of the Argentine Exile in Mexico”, Latin American Perspectives, vol. 34, n.º 155, julio 2007, pp. 68-80.

[5] Aunque el COSPA incluía a otros grupos como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores, o los maoístas, Montoneros se convirtió en el grupo hegemónico. Ibid.

[6] Bufano, entrevista.

[7] Sobre la diplomacia mexicana y las batallas culturales de la Guerra Fría en América Latina ver Patrick Iber, Neither Peace nor Freedom: The Cultural Cold War in Latin America, Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 2015.

[8] Bufano, entrevista.

[9] Yankelevich, “The COSPA: A Political Experience of the Argentine Exile in Mexico”.

[10] Diego Martín Giller, “La revista de la derrota. Exilio y democracia en Controversia (1979-1981)”, Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, vol. 63, n.º 63, 2016, pp. 37-63.

[11] Bufano, entrevista.

[12] María Cristina Tortti, “‘Voces en Controversia’: La revisión de la experiencia revolucionaria argentina en la revista mexicana (1979-1981)”, Revista de Historia Social y de las Mentalidades, vol. 22, n.º 2, 2018, pp. 169-198.

[13] Giller, “La revista de la derrota. Exilio y democracia en Controversia (1979-1981).”

[14] “Editorial”, Controversia, n.º 1, octubre 1979, p. 2.

[15] Para más información sobre el exilio en Controversia, ver Juan Pablo Gauna, “Debates sobre el exilio en la revista Controversia”, Questión, vol. 1, n.º 49, marzo 2016, pp. 82-99.

[16] María Jimena Montaña, “¿Exilio y ‘latinoamericanización’? Transformaciones político identitarias en la revista Controversia para el examen de la realidad argentina (1979-1981)”, Palimpsesto, vol. IX, n.º 12, agosto-diciembre 2017, pp. 176-195.

[17] Rodolfo Terragno, “El privilegio del exilio”, Controversia, n.º 4, febrero 1980, p. 9.

[18] Osvaldo Bayer, “Una propuesta para el regreso,” Controversia, n.º 7, julio 1980, p. 7.

[19] Héctor Schmucler, “La Argentina de adentro y la Argentina de afuera,” Controversia, n.º 4, febrero 1980, pp. 4-5.

[20] Ibid.

[21] Para más información sobre la evolución del marxismo latinoamericano en el siglo XX, ver Omar Acha y Debora D’Antonio, “Cartografía y perspectivas del ‘marxismo latinoamericano’”, A contracorriente, vol. 7, n.º 2, 2010, pp. 210-256.

[22] Sergio Bufano, “La violencia en Argentina: 1969-1976 (1ª parte)”, Controversia, n.º 1, octubre 1979, pp. 16-17.

[23] Sergio Bufano, “La violencia en Argentina: 1969-1976 (2ª parte)”, Controversia, n.º 2-3, diciembre 1979, pp. 10-

[24] Juan Pablo Gauna, “El problema de la violencia. Reflexiones de Sergio Bufano en la revista Controversia”, Contenciosa, n.º 4, primer semestre 2015, pp. 1-10.

[25] Para un análisis detallado de la militarización y la subordinación de los grupos armados a la lógica de guerra, ver Pilar Calveiro, Política y/o violencia: una aproximación a la guerrilla de los años setenta. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2013.

[26] Juan Carlos Portantiero, “Peronismo, socialismo, clase obrera”, Controversia, n.º 8, septiembre 1980, pp. 12-13.

[27] Juan Carlos Portantiero, “Los dilemas del socialismo,” Controversia, n.º 9-10, diciembre 1980, pp. 23-24.

[28] Nicolás Casullo, “Desde el movimiento de masas o desde los mitos”, Controversia, n.º 9-10, diciembre 1980, pp. 25-26.

[29] Para un análisis más detallado de los debates entre socialistas y peronistas en Controversia, ver Tortti, “‘Voces en Controversia’: La revisión de la experiencia revolucionaria argentina en la revista mexicana (1979-1981)”; y Giller, “La revista de la derrota. Exilio y democracia en Controversia (1979-1981)”.

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