La neblina de la guerra

Por Leonardo Isaac Macías Bustos

El 13 de junio de 2025, Israel lanzó un ataque a Irán, bautizado Operación León Creciente, con el objetivo de destruir el programa nuclear iraní, dejando 78 muertos y más de 300 heridos.[1] En respuesta, Teherán desplegó una serie de misiles convencionales y supersónicos que causaron daños y muertes en varias ciudades israelíes, lo que provocó una ronda de intercambios bélicos entre ambas naciones. Después de que Estados Unidos se involucrara directamente al bombardear varios sitios en la nación persa y que Teherán tomara represalias al bombardear la base área Al Udeid ―la más grande y mejor defendida de las bases aéreas estadounidenses en la región―, Donald Trump anunció un cese al fuego en truthssocial.[2] Con esto, Trump asegura que lo que se debería llamar la “Guerra de los doce días” ha concluido. Al momento de escribir este breve ensayo, es pronto para afirmar la veracidad de esta afirmación, lo único que se puede concluir es que la guerra continúa siendo un fenómeno inescapable, pero sobre todo impredecible. Esta es la premisa de este escrito: aunque la guerra ha estado con nosotros al menos desde la época de los sumerios, seguimos siendo incapaces de escapar de ella, predecirla y entenderla.

Acorazado aproximándose a una mina submarina. De una colección de 389 postales japonesas de principios del siglo XX. © The Trustees of the British Museum

Desde el siglo XX se pensó que la guerra era un fenómeno del que podríamos escapar. George Orwell escribió el libro The war to end all wars con esta idea en mente; aunque el título es engañoso, dado que el autor sólo se refería al fin de todas las guerras europeas, el sentimiento de acabar con la guerra está presente. Orwell creía que, eliminando el imperialismo alemán, todas las guerras (europeas) llegarían a su fin. El Pacto de Braid-Kellog (1928) fue la máxima expresión de esta ambición, con varios países comprometiéndose a renunciar a la guerra como un instrumento de política nacional.[3] Este benigno deseo duró un total de tres años, hasta que, en septiembre de 1931, una bomba explotó en una línea ferroviaria en Shenyang, en la región de Manchuria (China), plantada por el ejército japonés en la región sin el conocimiento de Tokio.[4] Esta operación de falsa bandera llevaría a la invasión japonesa de Manchuria, la primera acción del frente del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial.

¿Por qué el ejercito japonés realizó esta operación de falsa bandera? Por una multiplicidad de factores, muchos de los cuales se aclararon una vez que cesó la neblina de la guerra. Dos de las causas más aceptadas fueron: el cambio en la balanza de poder a favor de los militares contra las compañías japonesas y los funcionarios civiles, así como el fuerte nacionalismo en el ejército.[5] Otro ejemplo es la Guerra de Iráq. En su libro The regime change consensus, Joseph Stieb sugiere quela decisión de Estados Unidos de invadir Iraq en 2003 fue resultado de la desacreditación de la política de contención que había dominado en la década de los noventa, a cambio del consenso de que era necesario un completo cambio de régimen y la democratización de Bagdad. El fin de la política de contención estuvo parcialmente motivado por el triunfalismo estadounidense al derrotar rápidamente al ejército iraquí en la Guerra del Golfo (1991), así como al fin de su rival geopolítico, la Unión Soviética. En consecuencia, la élite de Washington creía en el lugar de Estados Unidos como el líder del sistema internacional y, asimismo, en la inevitabilidad del triunfo de la democracia.  Los resultados, como bien sabemos, fueron catastróficos.

En el caso de la reciente ofensiva israelí en Irán hay una variedad de factores que la desataron. De entrada, es posible que las negociaciones entre la Casa Blanca y Teherán sobre el programa nuclear iraní —que estaban ocurriendo unas semanas antes de que escalaran las tensiones—[6] hicieran pensar a Netanyahu (líder israelí) que era necesario forzar la mano de Trump para apoyar su ataque. También es verdad que, desde la campaña de destrucción de Gaza, Israel ha tomado una postura mucho más agresiva ante cualquier amenaza percibida en la región, de ahí que el ataque a Irán podría ser una simple continuación de dicha política. Además, hay que tomar en cuenta el factor interno, las coaliciones gubernamentales de Netanyahu han sido inestables desde hace varios años y el atentado del 7 de octubre perpetrado por Hamás fue un fuerte golpe a su popularidad, que la exitosa ofensiva a Irán parece haberle devuelto. Más allá de estos factores, y otros que por el espacio no es posible relatar aquí, las causas de esta guerra sólo las sabrán con certeza los futuros historiadores.

Concluyo reflexionando que no sólo son indescifrables los orígenes de la guerra, también lo son sus consecuencias. Los soldados japoneses que destruyeron la vía ferroviaria en Manchuria ciertamente no esperaban que sus acciones resultasen en una serie de sucesos que culminaron en la destrucción del imperio japonés y, quizá, tampoco sospecharon la cantidad de sangre que se derramaría. De igual manera, la administración de George W. Bush no vio venir que la Guerra de Iraq terminaría fortaleciendo a Teherán, otro de sus mayores rivales en el Medio Oriente. Es probable que Netanyahu obtenga su triunfo en el corto plazo y que la “Guerra de los doce días” realmente sea conocida con ese nombre y pase a la historia como un intercambio bélico breve. No obstante, nadie puede predecir las consecuencias a futuro y si éstas provocarán más muertes de las que ya han ocurrido.

Acorazado en marcha, mapa abreviado que muestra los movimientos de acorazados. De una colección de 389 postales japonesas de principios del siglo XX. © The Trustees of the British Museum.

Leonardo Isaac Macías Bustos: Internacionalista por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (campus Ciudad de México) y estudiante de la maestría en Ciencia Política en El Colegio de México.


[1] Luis de Vega, “Israel bombardea instalaciones nucleares y militares en Irán y mata al jefe de la Guardia Revolucionaria”, El País, el 13 de junio de 2025, https://elpais.com/internacional/2025-06-13/israel-bombardea-instalaciones-nucleares-y-militares-en-iran-y-mata-al-jefe-de-la-guardia-revolucionaria.html.

[2] Missy Ryan et al., “Thank You for Your Attention to This Matter!”, The Atlantic (blog), el 24 de junio de 2025, https://www.theatlantic.com/politics/archive/2025/06/israel-iran-trump-truth-social/683306/.

[3] “Treaty between the United States and other Powers providing for the renunciation of war as an instrument of national policy.”, Text, consultado el 25 de junio de 2025, https://avalon.law.yale.edu/20th_century/kbpact.asp.

[4] Rana Mitter, Forgotten ally: China’s World War II, 1937-1945, Primera edición (Boston: Houghton Mifflin Harcourt, 2013).

[5] Mitter.

[6] Patrick Wintour y Patrick Wintour Diplomatic editor, “Iran and US Agree to Continue Nuclear Talks after First Indirect Round”, The Guardian, el 12 de abril de 2025, sec. World news, https://www.theguardian.com/world/2025/apr/12/iran-foreign-minister-oman-us-nuclear-programme-talks.

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